Muchos son los logros conseguidos por las mujeres a nivel laboral. Hoy en día ya no sorprende que ocupen altos cargos jerárquicos, y que sean cada vez menos las que deciden quedarse en casa.
Sin embargo, todavía existen algunos prejuicios sobre la capacidad de la mujer profesional en el desarrollo de su trabajo. Ya se por parte de jefes o compañeros de trabajo, puede haber ocasiones que sentimos que valoran menos nuestra labor. Si además, debemos trabajar rodeadas sólo de hombres, podemos encontrarnos con actitudes o comentarios que parecen de la Edad Media.
Es importante entonces, hacernos respetar, ya no sólo como mujeres, sino como mujeres profesionales con capacidad para ocupar el puesto que ocupamos. Traemos aquí un par de tips que nos van a ayudar a sobrevivir en una oficina llena de hombres, ganándonos su respeto.
Confianza y autoestima:
Esto es lo principal que debemos tener. No podemos tratar de ganar el respeto de los otros, si no tenemos respeto por nosotras mismas. Tener seguridad en nuestras acciones, opiniones y decisiones es fundamental para que los compañeros de trabajo nos vean como mujeres profesionales serias y nos respeten como tales.
No desempeñar el rol de mujer débil para conseguir algo:
no sólo no valorarán nuestro trabajo, sino que además perderemos el respeto que hayamos conseguido. Los años de lucha feminista quedan en la nada, si empleamos técnicas de manipulación femeninas, por ejemplo el llanto o dar la imagen de desamparada que necesita ser rescatadas, para conseguir algo. Hoy somos mujeres profesionales que trabajamos a la par de los hombres. Podemos y debemos ser autosuficientes, y como todos, si necesitamos ayuda, pedirla de manera clara y sin recurrir a otras estrategias. Eso influirá de manera negativa, y no se tomará en serio nuestro trabajo.
Decir NO de vez en cuando:
Puede ocurrir que nuestros compañeros de trabajo nos pidan que realicemos tareas extras, o usen arbitrariamente nuestras herramientas de trabajo. Dejar los puntos en claro desde un principio, nos ayudará a evitar problemas. Decir NO cuando corresponde, no significa que seamos malas compañeras, sino que tenemos respeto por nosotras mismas. Decir que sí a todo puede hacer que los demás nos vean como una persona débil a la cual pueden manejar.
Las relaciones laborales no siempre son fáciles, más aún si somos mujeres. Confiar en nuestra capacidad y profesionalismo es el primer paso para lograr respeto en nuestro ambiente laboral.